PELÍCULAS (CASI) DE BARCOS

PELÍCULAS (CASI) DE BARCOS

VÉRTIGO (De entre los muertos)

Año 1958.- Duración 128 minutos.

- País Estados Unidos.- Producción.-Paramount Pictures, Alfred J. Hitchcok.

Dirección.- Alfred Hitchcock. Novela Pierre Boileau, Thomas Narcejac.

Guión.- Alex Coppel, Samuel Taylor, Maxwell Anderson.

Fotografía.- Robert Burks. Títulos de crédito, Saul Bass Gráficos, y John Whitney (creador).

En los años sesenta, en los estudios de mi carrera tuve un gran profesor de Matemáticas, no voy a decir el nombre que mis compañeros también recordarán, que decía, al puntuar, que el diez era para Dios, el nueve para la perfección absoluta, que evidentemente no puede existir y el ocho reservado a lo extraordinario. Esta película merece para todos los críticos una puntuación siempre superior a ocho.

Nunca seré crítico, sólo puedo tener el punto de vista de un espectador y desde él quiero decir que me gusta mucho Htchcook y que tiene grandes películas y obras menores, pero Vértigo es una obra maestra. He visto Vértigo varias veces y la volveré a ver alguna vez más.

Desde los mismos y extraordinarios, y en su tiempo novedosos títulos de crédito, te atrapa en sus imágenes en un extraordinario color llevándote de su mano a una historia, que en realidad son tres, girando alrededor del mismo Scottie dentro del vértigo de las elipsis que están dando vueltas en su propia cabeza.

Empieza la acción con una persecución que lleva a cabo nuestro protagonista Scottie Fergusson y la caída al vacío de su compañero y a partir de este momento se inicia su acrofobia y retirada del servicio activo y consiguientes tratamientos para su curación.

Llegamos a la seguna parte donde un antiguo amigo le pide que siga a su esposa que se cree poseída por una antepasada llamada Carlota Valdés de dramático final. La tercera parte consiste en la imposible búsqueda de Scottie de la desaparecida Madeleine, de ahí el título; “De entre los muertos”.

Extraordinaria interpretación de James Stewart en un personaje de extrema debilidad debida a su enfermedad y un amor imposible en sus dos fases consecuentes. Kim Novak, tal vez en su mejor papel, de una extraordinaria, sofisticada y misteriosa Madeleine, siempre envuelta en brumas, y una, a priori vulgar, Judy Barton en una evolución sorprendente en las manos de Scottie.

No se puede pedir más a la película del Maestro eterno, volviendo a mi profesor hay que otorgarle algo más de un ocho.

                                                                                                                                                    Paco DOBAÑO