NUEVO CAMBIO EN EL NOMENCLATOR URBANO DE BARCELONA

NUEVO CAMBIO EN EL NOMENCLATOR URBANO DE BARCELONA

¿NUEVOS CAMBIOS EN EL NOMENCLÁTOR BARCELONÉS?

Fuentes bien informadas indican que el actual ayuntamiento de Barcelona se propone efectuar un nuevo cambio en el nomenclátor del callejero urbano.

Nuevamente, el barrio afectado es el de la popular Barceloneta. Hace relativamente poco tiempo, el consistorio acordó dedicar al actor Pepe Rubianes la que hasta entonces se había conocido como Calle del Almirante Cervera. Tras el ostracismo del marino héroe de la desastrosa batalla naval de Santiago de Cuba, ahora el personaje afectado sería don Juan de Borbón, conde de Barcelona.

Al parecer, la principal arteria de la Barceloneta perdería la denominación que ostenta desde el año 1993, cuando el alcalde Maragall decidió darle el nombre del abuelo del actual jefe del estado, para pasar a ser el Paseo del Open Arms, en honor al buque que en época reciente se ha distinguido en acciones de rescate de migrantes y refugiados en el Mediterráneo.

No sería este el segundo cambio de denominación de este paseo, tan popular entre turistas (cuando los había) y también entre los manteros, sino el tercero. Cuando el barrio se edificó, a mediados del siglo XVIII, fue bautizado como Calle Real por los ingenieros militares que se encargaron de la urbanización de la zona y de la construcción de los edificios que en su mayoría persisten, según un estricto patrón lineal de calles rectas y cuadrícula de islas de casas, en substitución de las viviendas demolidas en el barrio de La Ribera para la erección de la gran fortaleza de la Ciudadela. A mediados de la convulsa centuria siguiente, tras una llegada al poder de los progresistas, pasó a ser llamado Paseo Nacional, nombre que subsistió sin interrupción hasta el antes citado 1993.

Más sorprendente, por lo arriesgado, es otro posible cambio de nombre que se ha filtrado esta vez a través de las AAVV y que también pretende abordar próximamente el equipo de la alcaldesa Ada Colau.

Desde 2015, la Ponencia del Nomenclátor, entonces dirigida por Xavier Doménech, anunció que la Plaza de Antonio López recibiría otra denominación, la cual se sometería a consulta popular en el marco de una multiconsulta que, hasta hoy, no se ha llegado a celebrar por decisión del TSJC y que sigue pendiente de un recurso municipal ante el Tribunal Supremo. Entretanto, en 2018 la estatua del primer marqués de Comillas fue retirada y, entre la extraña impresión que produce la visión de un pedestal huérfano y la persistencia del nombre de la plaza, la situación actual parece ser como si el Ayuntamiento se hubiese quedado “colgado de la brocha”.

Se dice que, para salir del incómodo trance, los munícipes barceloneses se inclinarían ahora en tomar una decisión, sin mediar consulta alguna a la ciudadanía. El nombre que suena más insistentemente para figurar en las placas correspondientes es el de Nelson Mandela.

En la hoja mensual de la AV de Nou Barris, su vicepresidente e historiador Inocenci Sants firma un artículo en el que afirma: “ El TSJC puede frenar una consulta pero no una recogida de firmas, aspiramos a reunir más 62.000 en quince días y esto equivaldría a un refrendo popular igual o mayor que cualquier consulta” y seguidamente se muestra decididamente a favor de la propuesta con este argumento: “De este modo, el consistorio cumpliría dos de sus objetivos; introducir el nombre de una persona de color, como desagravio por las sospechas que recaen sobre el marqués, y hacer un guiño a la tradición, puesto que en los años 20 del siglo XX los barceloneses se referían a la estatua como; el negro Domingo ".

Francamente, esta vez no coincidimos con ese “docto y barroco” razonamiento.

ACCMM