LA NAVIERA MAERSK NO ES DEL LIVERPOOL

LA NAVIERA MAERSK NO ES DEL LIVERPOOL

LA NAVIERA MAERSK NO ES DEL LIVERPOOL

El gran club inglés tiene como señal de identidad su cántico “Y’ll never walk alone” que tanto nos impresiona al oírlo cantar en su estadio abarrotado. Nos pone la piel de gallina incluso a los que no somos sus seguidores y de forma especialísima cuando lo entonan en honor de alguno de los suyos que ha partido definitivamente.

La naviera Maersk -el Gran Danés, para los graciosos- no es que comulgue con esa idea de “no caminarás solo”, al contrario, Maersk no quiere necesitar a nadie en su camino, quiere ser autosuficiente en todo o casi en todo. No se trata de una nueva filosofía de su CEO Soren Sckou, sino que la cosa viene de lejos, pero es ahora, con los super ingresos de la era Covid cuando ese antiguo objetivo se está visualizando en toda su inquietante grandeza.

Veamos:

La flota. Como es bien sabido Maersk es junto a MSC la campeona mundial de los buques portacontenedores, pero a diferencia de MSC, nuestra naviera opera mayoritariamente en sus propias terminales (presente en 36 países y 70 puertos), fabrica muchos de sus propios contenedores, rastrea y perfora sus propios pozos de petróleo y transporta el crudo en los buques de su filial Maersk Tankers.

Además, experimenta con sus propios desarrollos de nuevos combustibles verdes o como mínimo “respetuosillos” con el medio ambiente y posee una flota inmensa de remolcadores de la que algunas unidades son muy visibles recientemente en el canal de Suez (poca broma, después del incidente del m/v Ever Given es un nicho muy interesante). Hasta hace poco tiempo todo lo dicho no perturbaba a la mayoría de sus usuarios, es decir, a los operadores logísticos del mundo (también llamados Freight Forwarders y en nuestro entorno transitarios).

Incluso la aventura de Damco, su apuesta ultramoderna, casi futurista, de forwarder 4PL (Fourth Party Logistics o Lead Logistics Provider) que Maersk lanzó hace unos años, parecía desactivada.

Parecía, pero no. Se trataba de la reformulación, de un recurso “clásico”; hay que dar dos pasos atrás para tomar impulso antes de saltar hacia adelante. Hoy en día, continuamente aparecen en la prensa especializada las diversas novedades de Maersk: aviones, trenes China/Europa, trenes regionales con contenedores frigoríficos, nuevas líneas regulares propias de camiones; así como la adquisición de forwarders en todas las áreas interesantes de la distribución para construir una logística completa y, para los embarcadores, el acceso a un arsenal digital de nueva generación, el apoyo financiero y la oferta y asesoramiento de contratos de seguros para sus queridos clientes.

Pero ¿qué entiende Maersk que son sus “queridos clientes”? Pues parece que los elegidos, son los ahora llamados BCO (Beneficial Cargo Owners). Esto es, aquellos importadores (o exportadores) que, al poseer un gran volumen regular de embarques, tienen su propio departamento de logística internacional maduro y suficientemente digitalizado. No son los forwarders, tampoco son los grandes operadores logísticos, ni los modestos pero entusiastas importadores o exportadores que luchan en la cambiante, exigente y cada vez más cuestionada globalización.

Hablamos principalmente de los grandes: los Wallmart, los Decathlon, los Leroy, y de todos aquellos que mueven un gran número de contenedores al año, en fin, los autollamados p/amos (fkg/master en el argot global) en cada especialidad del “comprar, comprar malditos”. Son esos a los que los afortunados terráqueos de los países supuestamente desarrollados nos gusta sacar, diariamente, a bailar.

Claro que se entiende ahora que la imagen de Maersk - la naviera que todos ellos utilizan- sea paralizante para los operadores logísticos de todo el mundo. Están viendo con horror cómo la más poderosa naviera del mundo, su proveedor estratégico de fletes, declara públicamente que va a por sus clientes estrella.

Es la misma parálisis que afectaría a los tripulantes de un buque Liberty de la II Guerra Mundial que vieran emerger por la misma proa a un enorme submarino alemán. Y están tan desconcertados que uno diría que no quieren ver que por la popa y a toda máquina está llegando Amazón ¡ Ay!

                                                                                                                                            Víctor Rubio

P.S. La final de la Copa de África de Futbol la ha ganado la selección de Senegal que venció a la de Egipto en la emocionante tanda de penaltis. El jugador más relevante de Senegal acudió inmediatamente a consolar al destrozado jugador más relevante del equipo egipcio y es que Mané y Salah son compañeros en el Liverpool y ellos no caminan solos.