LA MUJER EN LA MAR

LA MUJER EN LA MAR

“LA MUJER EN LA MAR”

Aprovechando el “Día Internacional de la mujer en el Sector Marítimo”.

Muy señores míos, ¡mujeres en la mar las ha habido SIEMPRE! ¿Quiénes han sido el sustento de las familias de los marinos desde tiempos inmemoriales? pues claro…las mujeres marinos: nietas, hijas, hermanas, esposas, compañeras y madres de marinos; a la par que mariscadoras, pescadoras, rederas, hacedoras de vida, cuidadoras…

Ríos de tinta han corrido al respecto del tema en estos tiempos, y, miren Ustedes por donde, me he decidido a coger el timón y no dejar a la deriva lo que pienso, porque soy mujer a la par que marino. Tan sencillo como esto.

No soy, de por mí misma, persona de encasillar: mujer/hombre, altos/bajos, guapos/feos, …, ni por género ni por entorno. Siendo mujer, y sin tradición familiar a mis espaldas, decidí hacerme marino. He aquí ya el primer escollo, convencer a los progenitores que “ESTO” es lo que queremos ser.

Cabe decir que, si nos remontamos en el tiempo, no comenzamos a navegar en el mejor momento de la historia marítima: ya se había terminado la era de las “soldadas atractivas”, en el preludio de la odisea para conseguir buenos embarques, el anzuelo de las rutas y campañas por los mares del Sur (todo muy bucólico y novelesco), travesías con buques más rápidos y cortas estadías en puerto. En definitiva, aquella idea romántica de la navegación estaba tocando fondo. Y para terminar de ponerle hilo a la aguja, somos un colectivo minoritario en una profesión de minorías y erudición masculina.

Leyendo esto podríamos hacernos a la idea de una gran hecatombe, pues como siempre, llegan los Organismos Oficiales y terminan de adobarlo todo con sus “políticas de igualdad”, que lo único que hacen es ahondar la brecha y la diferencia de géneros a bordo. ¡Cómo pretenden enmendar una discriminación forzando otra!

Cuando llegué a bordo, como en cualquier otro entorno laboral, sólo pretendía ser una más: trabajar, cohabitar, relacionarme, aprender, discutir, ser en definitiva un tripulante más, y esto no es tarea fácil, pero, ¿cuándo lo es?

Algo que he podido observar, y dar fe de ello, es de la masculinización que hemos sufrido muchas de nosotras al contacto con las tripulaciones en nuestras navegaciones. Hemos asimilado y copiado reglas, actuaciones, intentando así evitar “malos entendidos”, atracciones amorosas/eróticas. Me enerva que no se normalicen comportamientos y relaciones, sean del tipo que sea, ¿o es que en los entornos laborales de tierra no sucede? Aprendamos primeramente a ser nosotras mismas allá donde vayamos, porque si no, ¿qué es lo que le estamos exigiendo a los demás? Trabajamos como cualquier otro compañero, pues convivamos con toda la naturalidad posible, dada la peculiaridad de nuestro entorno de trabajo. Necesitamos dejar de tener esa sensación de revisión, seguimiento y escrutinio de nuestro trabajo por parte del resto de la tripulación, pero también ser plenamente conscientes y dejar de ser “más papistas que el Papa”, puesto que no debemos considerar “machistas” muchos comportamientos que se suceden con cualquier otro miembro de la tripulación “no femenino”. Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.

Sabemos que el tanteo entre sexos es indefectible, pero porqué solo podemos entenderlo o verlo desde una connotación negativa, no lo es, o no debería. Según mi modesta opinión personal, estamos debidamente preparadas y, de no ser así y también sucede en la parte masculina, podemos y debemos aprender.

De todas maneras, no quiero ser lesiva, si de algo nos hemos reído en reuniones de compañeras es de muchas de las situaciones vividas, sin dramatismos, sin enjuiciamientos, sin criminalizaciones y utilizando una frase muy trillada en el entorno marino: “lo que sucede a bordo se queda a bordo”.

Bien es cierto y fácil de corroborar, que pasado un tiempo embarcadas, el destino de la mayor parte de nosotras será la Administración en todas sus vertientes: Puertos, Practicaje, Control de Tráfico, Salvamento, Aseguradoras, astilleros, Enseñanza…Y desde aquí os animo A TODAS a seguir aquí, contra viento y marea, siendo MARINOS, con las diferentes connotaciones que cada vez más tiene el serlo.

                                                                                SONIA GUERRA

                                                          Associació Catalana de Capitans de la Marina Mercant