EL ESCORBUTO

EL ESCORBUTO

EL ESCORBUTO

Los pelos se fragmentan y caen; surgen hemorragias que se inician en la parte posterior de las extremidades inferiores y acaba confluyendo y formando más hemorragias en los músculos de los brazos y las piernas. Afectación de las encías, sobre todo en personas con dientes con infecciones secundarias y aflojamiento de los dientes además, mala cicatrización de las heridas y reapertura de las recientemente cicatrizadas y también hemorragias en las vísceras. Alteraciones emocionales. En estados terminales pueden producirse súbitamente convulsiones, shock y muerte.

Se ha calculado en dos millones el número de marinos muertos por el escorbuto hasta que se encontró su tratamiento que no fue otro que restituir la vitamina C al organismo de los afectados.

Hoy en día, en el ámbito marítimo, se considera una enfermedad del pasado y aunque historiadores ibéricos señalan con orgullo que Vasco da Gama (en sus navegaciones de 1499) y fray Agustín Farfán (en su tratado de medicina de 1579) observaron la escelencia de los cítricos para combatir la enfermedad nada eficaz se desarrolló en base a sus observaciones.

Por su parte, los historiadores británicos señalan –con razón- al joven doctor James Lind como el autor del primer estudio práctico y comparado sobre la eficacia curativa de las naranjas y los limones contra el escorbuto pero, de nuevo, tampoco pasó gran cosa porque hubo que esperar cuarenta y ocho años más para que a la flota de su majestad estableciera en su normativa de la presencia de cítricos en la dieta de las tripulaciones. A partir de ese momento el resto de flotas adoptaron rápidamente la gran y sencilla solución.

Como en tantas veces aunque la fama (justa) la tiene James Lind, fue, realmente, Joseph Banks (científico, investigador, mecenas…) quién acompañando al capitán Cook en el largo viaje de investigación del buque HSM Endeavour consiguió que por primera vez, en un viaje que duró tres años (1768/1771), ningún tripulante muriera por escorbuto.

Recordemos siempre a Joseph Banks, por favor.

                                                                                                                                  VÍCTOR RUBIO

P.S. Sobre este tema, recomendamos fervientemente el artículo de Javier Peláez:

https://culturacientifica.com/2014/08/15/el-viaje-de-exploracion-que-acabo-con-el-temible-escorbuto/