CAPITANES NUESTROS

CAPITANES NUESTROS

¿DÓNDE, DONDE FUE NUESTRA MARINA MERCANTE?

El famoso canta-autor Joan Manuel Serrat se preguntaba al final de una de sus estupendas canciones “¿Dónde, donde fue mi niñez?”.

Los que estudiamos Náutica a principios de la década de 1970, para hacernos pilotos, capitanes, maquinistas u oficiales radio, al finalizar nuestros estudios académicos y buscar barcos para hacer las practicas de alumno, o bien una vez conseguido el título profesional, nos encontrábamos con un amplísimo abanico de buques y empresas navieras españolas, para trabajar como técnicos profesionales, que nos permitían ganarnos la vida dignamente con la carrera que cada cual habíamos elegido. Existía la omnipresente “Transmediterránea” y siempre te encontrabas con uno de sus barcos en cualquier puerto español donde arribaras. Aquellos buques cuyos nombres casi siempre eran los de las ciudades importantes de España y siempre tenías uno o varios compañeros navegando en ellos. Tenias también la “Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo S.A”, (“CAMPSA”) la que tenía un diamante rojo pintado en la chimenea y todos sus barcos empezaban siempre por “campo…..”, que también los encontrabas con frecuencia cuando navegabas por la costa española. Como no, también estaba la “Empresa Nacional ELCANO” la de los “Castillos de ……” con unos magníficos buques y buenas líneas de navegación, con su triangulo rojo con las letras ENE dentro. Cometeríamos un pecado de olvidarnos de otras grandes empresas privadas con magníficos buques y líneas comerciales a medio mundo, como eran la “Naviera Aznar” de Bilbao con sus barcos bautizados como lo “Monte de ….” o la “Naviera Ibarra” con unos hermosos barcos con su logotipo característico en la chimenea de la A y la V superpuestos, y todos sus barcos con el nombre de diferentes “cabos” que te encontrabas en cualquier puerto de Europa o de todo el continente americano tanto en el norte, el centro o el sur por Chile o por Argentina.

También la “Compañía Trasatlántica” que en algún momento de principios del siglo XX fue una de las más importantes navieras del mundo, aunque en esas fechas ya no era tan poderosa, con su logotipo en la chimenea de la bandera azul con el circulo blanco en el centro, a la que el personal de la compañía llamaban “el queso” y sus buques con nombres de vírgenes, o como olvidar también la “CIA Naviera Marasia” de Barcelona, con sus buques con nombres de comarcas, su diamante verde con la “M” en la chimenea y sus largas líneas comerciales que llegaban a Australia y el lejano oriente cruzando el canal de Suez, y a Chile por el canal de Panamá. Para no hacerme muy largo diré que había muchas más empresas navieras, “Pinillos” la de nombres de ríos, “Gerencia Marítima Frutera” la de los delfines, “Trafrume” la de los glaciares, “Marítima del Norte” la de los sierras, y tantas otras empresas navieras más pequeñas, que daban a España una gran relevancia en el transporte marítimo mundial y a nosotros grandes oportunidades de trabajar.

Por eso al igual que Joan Manuel Serrat se preguntaba, donde había ido su niñez, creo que los marinos de aquella época podemos preguntarnos ¿Dónde, donde fue nuestra marina mercante?”. Cuando nos reunimos a comer, de tarde en tarde, algunos marinos que fuimos compañeros en esa época, siempre nos hacemos esa misma pregunta: ¿como pudo desaparecer en tan poco tiempo una flota comercial tan fuerte y tradicional?

Una industria que generaba muchos miles de puestos de trabajo directos a los marinos, y personal de las navieras e indirectos a astilleros, e industrias auxiliares, consignatarios etc, y que además suponía también una extraordinaria fuente de ingresos en divisas para el país cuando muchos de los buques se fletaban en “time chárter” a compañías extranjeras.

Nunca nos ponemos de acuerdo en “quien” o “que” fue el culpable de tal hundimiento,

- ¿Fue un gobierno que nos utilizo como moneda de cambio para algún acuerdo entre naciones?

- ¿Fue una administración que no supo reaccionar a tiempo para permitir el segundo registro, (REBECA) como habían hecho ya otras naciones, como Noruega o Portugal?

- ¿Fueron los armadores, que no supieron adaptarse a la competencia de la globalización?

- ¿Fue alguna forma de beneficiar intereses bastardos, y casi diría también de bastardos?

- ¿Colaboró algún sindicato, que a base de tramitar despidos, saco pingües beneficios?

Solo hay algo en lo que todos estamos de acuerdo, es que no fue culpa de los profesionales marinos mercantes, que tuvimos que terminar nuestra vida laboral, en la administración marítima, en las empresas consignatarias y transitarías, en la docencia o en Salvamento Marítimo. Pero al igual que Joan Manuel Serrat, seguimos preguntándonos “Dónde, dónde fue nuestra marina mercante”.

                                                                                                                                        Capt. Esteban Longares